Con su inscripción a la Cofradía sus miembros buscan las características peculiares de la espiritualidad seglar que, en buena medida, se encuentran en el ejercicio de la caridad y el amor a los demás (Título I. Capítulo I de la Naturaleza de la Cofradía. Art. 1).

Así, uno de los más elevados fines de nuestra Cofradía es el de la práctica de obras de caridad y apostolado sagrado, no sólo entre sus miembros, sino sobre todo con los más necesitados, sin excepción ni distinción (Título II de Fines de la Cofradía. Art. 8.5. de los Estatutos).

Los miembros de la cofradía están obligados a colaborar y contribuir al sostenimiento de la práctica de la caridad fraterna y al cumplimiento de los demás fines de la Cofradía (Título III de los Miembros de la Cofradía. Arts. 14 y 15 de los Estatutos).

Frente a los derechos y obligaciones que otorga la condición de Cofrade, éste debe ver en su pertenencia a nuestra agrupación religiosa una ocasión para practicar la caridad, a cuyo fin deben principalmente destinarse los bienes materiales de la Cofradía (Título VI de administración de los bienes. Arts. 41 y 42 de los Estatutos).